Benito Juárez: La delegada municipal de Tedín Uriburu agradeció la solidaridad y cooperación de comerciantes, autoridades municipales y ciudadanos en general para con la comunidad educativa de la escuela Nº 8 de dicha localidad.Así lo manifestó Graciela Marini, en referencia a todas aquellas personas que colaboraron con el cambio completo del techo y la instalación eléctrica a nuevo de la escuela Nº 8 de Tedín Uriburu, obras que finalizaron en el mes de junio.
“Quiero agradecer a todos aquellos que hicieron las gestiones, porque el dinero no venía y estos últimos meses han sido muy difíciles”, explicó Marini, quien agregó que “pese al cese de pagos” pudieron reunir los fondos que debía la provincia para cubrir desde el pago de mano de obra hasta los materiales adeudados para llevar adelante los trabajos.
La referente municipal de Tedín Uriburu destacó muy especialmente la solidaridad de Lucero Giordano, responsable de los trabajos de albañilería que se realizaron en el edificio. “Lucero terminó la obra, con mucha responsabilidad, con los mejores materiales, aunque no llegaban los pagos. Sobre el final de obra las cosas se habían puesto muy difíciles, porque él había sacado todo a cuenta, él no había cobrado en tiempo y forma y era mucho dinero”, agregó la funcionaria, rescatando por sobre todas las cosas que aún en tiempos difíciles “puede verse la solidaridad de la gente, porque todos pusieron su granito de arena, y con mucho sacrificio”.
La reconstrucción completa del techo y la instalación de la red eléctrica de la escuela Nº 8 de Tedín Uriburu demandaron casi 6 meses de trabajo, entre enero y junio del corriente año. Las tareas se realizaron y completaron con algo más del 10 por ciento del dinero presupuestado para el total de obra; la provincia envió el resto hace pocos días, gracias a los permanentes e insistentes reclamos del intendente Pedro Gamaleri, la presidenta del Consejo Escolar, Luz Cristino y el responsable de Infraestructura de la institución, Arq. Luis Carelli.
“Durante todos estos meses, trabajadores y comerciantes no vieron un peso, y aún así confiaron y se pudo terminar con los arreglos que hacían falta para que nuestros chicos estén mejor. Estas son las cosas buenas que pasan y todos debemos valorarlas”, enfatizó Graciela Marini.
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