Benito Juárez / ZAFFORE: “LAS MEDIDAS BUSCAN RECONSTRUIR LA CAJA, LAS OBRAS PÚBLICAS DEPENDERÁN DE LA REPATRIACIÓN DE CAPITALES Y ÉSTA DE UNA CONFIANZA QUE NO EXISTE”
“Los anuncios de la Presidenta tiene de elemento positivo que ha reconocido la crisis que negaba al decir que no necesitamos plan B o que la Argentina no se vería afectada, se vio afectada y no sólo por la crisis internacional sino por los propios errores que condujeron a dilapidar los recursos obtenidos durante el período de auge, aislarnos de la economía mundial y a generar desconfianza en quienes podrían invertir”, expresó Carlos Zaffore, Presidente del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID).
“Los anuncios son muy poco significativos para la producción industrial – y esperemos que no se siga castigado el campo y se anuncien medidas dada la fuerte caída de la rentabilidad que está sufriendo -, no hay medidas fuertes de estímulo y no se apunta a mejorar la competitividad hoy lesionada por el congelamiento cambiario. Tampoco, hasta el momento, hay medidas a la altura de la situación para atender a los trabajadores que puedan sufrir problemas de empleo, las medidas directas no pueden sustituirse por medidas indirectas como las anunciadas ventajas tributaria a los que creen o blanqueen empleo que más bien apuntan a mejorar la recaudación”, prosiguió Zaffore.
“Ese es – prosiguió - el elemento dominante de las medidas: recomponer la alicaída caja del Estado aunque aparezca como elemento espectacular el anuncio de que en cinco años se invertirán en obras públicas $71.000 millones. Justamente allí surgen serios interrogantes:
a) El plan de obras públicas no tiene hoy fondos para concretarse, los recursos que se obtengan de la apropiación de las cuentas previsionales deberán destinarse a atender los servicios de la deuda y no alcanzan para mucho más y por lo demás suena muy improvisado porque las obras públicas actualmente en curso tienen un grado muy bajo de ejecución;
b) En consecuencia el plan de obras públicas, para que pueda encararse – se lo intentará en el próximo año electoral – depende del éxito de la otra medida que se intenta que es la repatriación de capitales, pero aquí los interrogantes también son notables: 1) los incentivos de blanqueo que se proponen no compensan la baja rentabilidad existente por factores que incluyen el falseamiento de los índices de precios y de actualización de los títulos públicos por parte del INDEC; 2) y el gran factor de desaliento para traer capitales es que no hay nada que cambie el escenario de de desconfianza e inseguridad que genera la política oficial. Postular una repatriación en el contexto de una política que impulsó una fuga de capitales que en un año alcanzó los 25.000 millones de dólares choca contra la lógica más elemental”.
“Ese es el gran déficit, el país se adoptan medidas aisladas que intentan responder a la coyuntura, pero seguimos careciendo de un programa económico, no ya un programa de desarrollo, no hay un simple programa con articulación coherente de las medidas. La creación del Ministerio de la Producción puede caer simpática a quienes se encandilan con lo formal, pero para que se aliente la producción no alcanza con crear un nuevo organismo, es más, puede ocurrir que carezca de poder en un sistema de decisiones de gran debilidad institucional, con el poder detrás del trono, o bien que tenga cierto margen de maniobra y aumente las incoherencias actuales respecto de otras áreas de gobierno”, expresó Zaffore.
“A nuestro juicio es necesario adoptar un programa que apunte a recomponer el proceso de formación de capital, a mejorar la competitividad del país y a restaurar el crédito hoy inexistente, a un sistema de seguridad social y de empleo no clientelista y a quebrar el aislamiento internacional y recuperar la confianza y la seguridad jurídica. El paso previo es abandonar la soberbia y la práctica de toma de decisiones en forma unipersonal o en un reducido círculo cerrado y en su reemplazo recrear un clima de diálogo y debate democrático”, finalizó Zaffore.
“Los anuncios de la Presidenta tiene de elemento positivo que ha reconocido la crisis que negaba al decir que no necesitamos plan B o que la Argentina no se vería afectada, se vio afectada y no sólo por la crisis internacional sino por los propios errores que condujeron a dilapidar los recursos obtenidos durante el período de auge, aislarnos de la economía mundial y a generar desconfianza en quienes podrían invertir”, expresó Carlos Zaffore, Presidente del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID).
“Los anuncios son muy poco significativos para la producción industrial – y esperemos que no se siga castigado el campo y se anuncien medidas dada la fuerte caída de la rentabilidad que está sufriendo -, no hay medidas fuertes de estímulo y no se apunta a mejorar la competitividad hoy lesionada por el congelamiento cambiario. Tampoco, hasta el momento, hay medidas a la altura de la situación para atender a los trabajadores que puedan sufrir problemas de empleo, las medidas directas no pueden sustituirse por medidas indirectas como las anunciadas ventajas tributaria a los que creen o blanqueen empleo que más bien apuntan a mejorar la recaudación”, prosiguió Zaffore.
“Ese es – prosiguió - el elemento dominante de las medidas: recomponer la alicaída caja del Estado aunque aparezca como elemento espectacular el anuncio de que en cinco años se invertirán en obras públicas $71.000 millones. Justamente allí surgen serios interrogantes:
a) El plan de obras públicas no tiene hoy fondos para concretarse, los recursos que se obtengan de la apropiación de las cuentas previsionales deberán destinarse a atender los servicios de la deuda y no alcanzan para mucho más y por lo demás suena muy improvisado porque las obras públicas actualmente en curso tienen un grado muy bajo de ejecución;
b) En consecuencia el plan de obras públicas, para que pueda encararse – se lo intentará en el próximo año electoral – depende del éxito de la otra medida que se intenta que es la repatriación de capitales, pero aquí los interrogantes también son notables: 1) los incentivos de blanqueo que se proponen no compensan la baja rentabilidad existente por factores que incluyen el falseamiento de los índices de precios y de actualización de los títulos públicos por parte del INDEC; 2) y el gran factor de desaliento para traer capitales es que no hay nada que cambie el escenario de de desconfianza e inseguridad que genera la política oficial. Postular una repatriación en el contexto de una política que impulsó una fuga de capitales que en un año alcanzó los 25.000 millones de dólares choca contra la lógica más elemental”.
“Ese es el gran déficit, el país se adoptan medidas aisladas que intentan responder a la coyuntura, pero seguimos careciendo de un programa económico, no ya un programa de desarrollo, no hay un simple programa con articulación coherente de las medidas. La creación del Ministerio de la Producción puede caer simpática a quienes se encandilan con lo formal, pero para que se aliente la producción no alcanza con crear un nuevo organismo, es más, puede ocurrir que carezca de poder en un sistema de decisiones de gran debilidad institucional, con el poder detrás del trono, o bien que tenga cierto margen de maniobra y aumente las incoherencias actuales respecto de otras áreas de gobierno”, expresó Zaffore.
“A nuestro juicio es necesario adoptar un programa que apunte a recomponer el proceso de formación de capital, a mejorar la competitividad del país y a restaurar el crédito hoy inexistente, a un sistema de seguridad social y de empleo no clientelista y a quebrar el aislamiento internacional y recuperar la confianza y la seguridad jurídica. El paso previo es abandonar la soberbia y la práctica de toma de decisiones en forma unipersonal o en un reducido círculo cerrado y en su reemplazo recrear un clima de diálogo y debate democrático”, finalizó Zaffore.
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